Una adicción – cualquiera sea ésta – se ha tomado a lo largo de los años
como una enfermedad con la que se vive toda la vida y por eso es necesario
tratarla con fármacos y terapia. Pero, ¿qué importancia tiene el auto control y
la voluntad de cambio en estas personas? ¿Son realmente enfermos o se trata de
falta de compromiso?
Actualmente, la vida de muchas
personas está llena de exigencias, las cuales no siempre son capaces de
cumplir. Esta situación, junto con otros factores emocionales, son “síntomas”
que pueden tener como resultado una adicción. Ciertas personas sienten que
necesitan una “ayuda extra” para
lograr llegar a sus metas personales o impuestas por la sociedad.
Según algunos autores, la adicción es una enfermedad
crónica del cerebro y no solamente una falta de voluntad o interés del afectado
por cambiar su conducta, definiendo adicción como “el uso compulsivo de drogas de abuso a pesar de los efectos adversos
que dicho consumo conlleva para el individuo afectado”. De esta manera
sostienen que las adicciones “no se pueden curar”. Estos autores indican que la
adicción se caracteriza como una enfermedad con constantes recaídas, desde ese
punto de vista los cambios producidos por la enfermedad, al ser crónicos, es
muy difícil que se cure. Distinta es la visión de otros psicólogos, en
donde se menciona que las adicciones son una enfermedad, por ende se debe
tratar a los adictos como enfermos.
“si uno parte desde la concepción de que los adictos
son enfermos debemos pensar que la enfermedad como patógeno es un factor
externo, por lo tanto, se suele adjudicar la responsabilidad a la sustancia”,
asevera. “La etiqueta de enfermo no ayuda precisamente a la persona,
sino al terapeuta a hacer su trabajo”.
Es muy común que en los tratamientos para la
recuperación de adicciones, se tome el llamado camino más fácil, el cual se
basa en que si se reprime al sujeto de ir a lugares que se asocien con la
adicción, el cuerpo se irá adaptando a la falta de la misma.
Pero la cuestión es la siguiente, si bien es bueno que
el sujeto no esté en lugares donde el acceso a la adicción en cuestión sea
fácil, lo importante es que el sujeto deje de hacer algo no porque otro se lo
prohíbe (reprime) si no porque la
persona tomó conciencia de que aquello le hace mal.
Es importante que una persona adicta pueda volver a
tener una vida normal, siempre con todo el apoyo psicológico, social y si es
necesario farmacológico necesario y lo más importante es que ese sujeto logre modificaciones en su conducta que logren
controlar la adicción.
La idea principal es que la persona se re-armonice,
para lo que es fundamental verse a si mismo y ser autocrítico. Es muy común
echarle la culpa al otro (o también a la misma adicción) y no asumir la responsabilidad
que se tiene. Teniendo todo esto en cuenta, es posible empezar a construir en
conjunto la recuperación total.
En la Comunidad terapéutica Carpe Diem trabajamos para
brindar la mejor experiencia en tratamiento preventivo-asistencial en
adicciones cuya efectividad primordial se funda en el diseño de un plan
de abordaje de las problemáticas adictivas a la medida de cada persona, según
su singularidad y circunstancias. El modelo de tratamiento diseñado lo
desarrollamos en un espacio físico concebido, construido y ambientado
exclusivamente para el logro de estos fines.
Vemos ineludible el Diseño de un proyecto de futuro
fundado en un modelo de intervención multidimensional para instaurar el quiebre
en el patrón adictivo de las conductas y cultivar habilidades y prácticas en un
ámbito de comunidad, que facilite la contención y el aprendizaje con otros, que
se constituye en método de abordaje de las dependencias y de las problemáticas
que obstan al pleno desarrollo de la salud, y en Unidad Matricial de nuestro
enfoque de la salud humana.
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